lunes, 30 de noviembre de 2009
miércoles, 25 de noviembre de 2009
lunes, 16 de noviembre de 2009
Después de un tiempo, uno aprende la sútil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, que el amor no significa acostarse, y una relación no significa seguridad; y uno empieza a aprender que los besos no son contratos y los regalos no son promesas; y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos. Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes, y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad. Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema, que hay que plantar su propio jardín y decorar su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores; y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno vale y, con cada día, uno aprende. Con el tiempo aprendés que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo aprendés que sólo quién es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte TODA la felicidad que deseas. Con el tiempo te das cuenta que si estás al lado de esa persona sólo por compañía a tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando verla. Con el tiempo te das cuenta que los amigos verdaderos valen MUCHO más que cualquier cantidad de dinero. Con el tiempo entiendes que los amigos verdaderos son CONTADOS, y que el que no lucha por ellos, tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas. Con el tiempo aprendés que las palabras dichas en un momento de ira, pueden seguir lastimando a quién heriste, durante toda la vida. Con el tiempo aprendés que disculpar lo hace cualquiera, pero perdonar es sólo de almas grandes. Con el tiempo aprendés que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual. Con el tiempo te das cuenta que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible. Con el tiempo te das cuenta que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios al cuadrado. Con el tiempo comprendés que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen, ocacionará que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das cuenta que lo mejor no era el futuro, si no el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo ante una tumba, ya no tiene ningún sentido.~
Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares, llorando. Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuis y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con las rodillas. Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato, de flacura. Llorar improvisado, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
Mi estrategia es, en cambio, más profunda y más simple. Mi estrategia es que un día cualquiera, no sé cómo ni sé con qué pretexto, por fin me nececites.
La literatura está cargada de fatalidad y de tristeza. ¿Por qué? La vida no es siempre fea. Lo que pasa es que, en el fondo, la literatura es un conjuro contra la infelicidad y la desdicha.
La gente quiere ser feliz. Pero a la felicidad no hay que escribirla: hay que vivirla. O por lo menos intentar vivirla.
En la literatura se pone el deseo, la nostalgia, la ausencia, lo que se ha perdido o no se quiere perder. Por eso es tan difícil escribir una buena historia feliz. La historia de amor más hermosa que se ha escrito es Romeo y Julieta. Pero es una catástrofe. Ella tiene catorce años y él dieciocho, y terminan suicidándose. Qué linda historia de amor.
Uno confunde la felicidad con las felicidades, con ciertos momentos transitorios de dicha o alegría. La felicidad absoluta NO EXISTE, y se escribe, justamente, porque la felicidad no existe. Existen pequeños instantes de felicidad, o alegrías fugaces, que, si se consigue perfeccionarlos en la memoria, pueden ayudar a vivir durante muchísimos años.
La literatura también es un intento de eternizar esos momentos.
Me levanto a la mañana, salgo de mi casa. Hay un pozo en la vereda. No lo veo, y me caigo en él.
Día siguiente... salgo de mi casa. Me olvido que hay un pozo en la vereda, y vuelvo a caer en él.
Tercer día. Salgo de mi casa tratando de acordarme que hay un pozo en la vereda, sin embargo, no lo recuerdo y caigo en él.
Cuarto día. Salgo de mi casa tratando de acordarme del pozo en la vereda. Lo recuerdo, y a pesar de eso, no veo el pozo y caigo en él.
Quinto día. Salgo de mi casa. Recuerdo que tengo que tener presente el pozo en la vereda y camino mirando el piso y lo veo, y a pesar de verlo caigo en él.
Sexto día. Salgo de mi casa. Recuerdo el pozo en la vereda, voy buscándolo con la vista, lo veo, intento saltarlo pero caigo en él.
Séptimo día. Salgo de mi casa, veo el poso, tomo carrera, salto, rozo con la punta de mis pies el borde del otro lado pero no es suficiente, y caigo en él.
Octavo día. Salgo de mi casa, veo el pozo. Tomo carrera, salto, ¡LLEGO AL OTRO LADO!, me siento orgulloso de haberlo conseguido, festejo dando saltos de alegría, y al hacerlo, vuelvo a caer en el pozo.
Noveno día. Salgo de mi casa, veo el pozo, tomo carrera, lo salto y sigo camino.
Décimo día. Me doy cuenta que es más cómodo caminar por la vereda del frente.
Reír, es arriesgarse a parecer tonto. Llorar, es arriesgarse a parecer un sentimental. Hacer algo por alguien, es arriesgarse a involucrarse. Expresar sentimientos, es arriesgarse a mostrar tu verdadero yo. Exponer tus ideas y sueños, es arriesgarse a perderlos. Aceptar tus errores, es arriesgarse a ser juzgado. Amar, es arriesgarse a no ser correspondido. Vivir, es arriesgarse a morir. Esperar, es arriesgarse a la desesperanza. Lanzarte, es arriesgarse a fallar.
Si te arriesgas, puede que no lo logres, pero aprenderás como hacerlo mejor la próxima vez.
Si no te arriesgas , no hay ninguna posibilidad de que lo logres. Y cada vez más dejaras que tus miedos y las opiniones de los demás controlen tu vida; crearás una prisión de la que tu tendrás la llave, pero con el tiempo hasta olvidarás que la tienes.
Tomar riesgos calculados te convertirán en una persona libre.
¡Arriésgate a vivir tu propia vida!
NADA de lo que fue, vuelve a ser, y las cosas y los hombres y los niños no son lo que fueron un día.-
Queda prohibido llorar sin aprender, levantarme un día sin saber qué hacer, tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor, hacer que alguien pague tus dudas y mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos, no intentar comprender lo que vivieron juntos, llamarles sólo cuando los necesitas.
Queda prohibido no ser tú ante la gente, fingir ante las personas que no te importan, hacerte el gracioso con tal de que te recuerden, olvidar a toda la gente que te quiere.
Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo, no creer en Dios y hacer tu destino, tener miedo a la vida y a sus compromisos, no vivir cada día como si fuera un último suspiro.
Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte, olvidar sus ojos, su risa, todo porque sus caminos han dejado de abrazarse, olvidar su pasado y pagarlo con su presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas, pensar que sus vidas valen más que la tuya, no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.
Queda prohibido no crear tu historia, dejar de dar las gracias a Dios por tu vida, no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad, no vivir tu vida con una actitud positiva, no pensar en que podemos ser mejores, no sentir que sin ti este mundo no sería igual.